La repostería tiene una gama muy variada de elementos que al combinarlos obtenemos maravillas gastronómicas. Los bizcochos, ponqués y tortas son elementos fundamentales para la repostería que junto con cremas, mermeladas y ganaches sirven para preparar pasteles maravillosos.

Los bizcochos, ponqués y tortas son preparaciones esponjosas, suaves y en algunos casos húmedas y perfumadas con una infinidad de sabores. La diferencia entre estos 3 tipos de preparaciones radica en los ingredientes que se usan y la forma de usarlos. Los bizcochos no llevan materia grasa aunque en algunas recetas incorporan solo un toque, es una masa esponjosa y liviana que no se pone dura si se guarda en la nevera. Los ponqués por otro lado si llevan materia grasa, los huevos se incorporan a la mezcla uno a uno en intervalos por lo general de 1 min, es una masa pesada, suave y húmeda que se coloca dura al guardarla en la nevera. Por último tenemos las tortas que también llevan materia grasa pero a diferencia con los ponqués los huevos son separados en yemas y claras que se incorporan a la mezcla batidas a punto de nieve. La torta tiene una textura es menos densa que la del ponqué, suave y húmeda.

En cada preparación los ingredientes pueden variar para dar resultados increíbles. Elaborar cualquiera de estas masas es muy sencillo pero si no se siguen los pasos al pie de la letra puede resultar un completo desastre. Una parte fundamental y crítica para un bizcocho, ponqué o torta es el horneado. El tiempo de cocción perfecto depende del horno y cada quien tiene que aprender a conocer el suyo pero por lo general son 30min en caso del bizcocho y para las tortas y ponqués son de 40 min a 1 hora aproximadamente. Para evitar que un bizcocho, ponqué o torta se hunda en el centro la temperatura del horno no puede ser menos de la que pide la receta y no es recomendable abrir el horno antes que pasen 30 minutos o 2/3 partes del tiempo de cocción para evitar cambios de temperatura que afecten la preparación.