Nuestro viaje por Estambul comenzó a finales de abril de 2023, llegamos a esta ciudad cerca de las 8 de la noche y tomamos un taxi desde el aeropuerto al hotel que quedaba en el centro de la ciudad. Tomar el taxi fue muy sencillo, saliendo del aeropuerto estaba la fila de personas esperando los autos. El recorrido fue de 40 min y el costo 30 EUR.
Estambul es la única ciudad del mundo que se ubica sobre dos continentes y quizás este hecho haga de la antigua Constantinopla una urbe singular y llena de historia. Estambul está dividida geográficamente en dos zonas, la europea y la asiática. La parte europea está fragmentada a su vez en dos zonas diferenciadas, la vieja y la nueva (Gálata), separadas por un rio conocido mundialmente como Cuerno de Oro. Justo al otro lado del Bósforo se encuentra la denominada zona asiática.
El culto mayoritario en Turquía es el musulmán. Por ello en Estambul hay más de dos mil mezquitas, de las cuales se considera que unas cien tienen algún aspecto notable para ser visitadas.
A la mañana siguiente nos pusimos en marcha a conocer la ciudad, el primer día recorrimos gran parte de la ciudad a pie y fuimos viendo y marcando los lugares que eran de nuestro interés para regresar. En ese momento nos dimos cuenta que la cantidad de gente y las colas para entrar a los lugares era algo fuera de este mundo, nuestro plan desde ese momento era levantarnos temprano para llegar un poco antes que abrieran a los lugares turísticos y evitar la ola de turistas.
Así hicimos el segundo día y llegamos tempranito al Palacio Topkapi para poder empezar el recorrido sin muchos turistas alrededor.
El Palacio Topkapi es una maravilla arquitectónica que celebra la riqueza cultural e histórica del Imperio Otomano. Desde este palacio los sultanes gobernaron su imperio hasta mediados del siglo XIX.
La construcción del Palacio Topkapi comenzó poco tiempo después de que Mehmed II tomará Constantinopla. El palacio inicial fue inaugurado en 1465. Tras la muerte de Mehmed, unos 30 sultanes gobernaron desde el palacio, renovándolo y ampliándolo hasta conseguir su aspecto actual, una mezcla única de estilos arquitectónicos islámico, europeo y otomano. Con cuatro patios y más de 400 habitaciones, el palacio albergaba a unas 4.000 personas, incluidas 300 concubinas en el harén.
Desde 1924 el Palacio de Topkapi es un museo, que comprende una colección imperial de libros raros, manuscritos, volúmenes ilustrados, las sagradas reliquias del profeta Mahoma, ejemplares iniciales del Corán, túnicas otomanas, el tesoro real, armas, retratos, así como la daga de Topkapi y el diamante del Cuchillero.
El palacio forma parte de las Áreas Históricas de Estambul, que fueron declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1985. Cerca de 3 millones de turistas visitan anualmente el Palacio de Topkapi, lo que lo convierte en uno de los museos más visitados de Europa.
Se encuentra abierto de miércoles a lunes: de 9:00 a 18:00 horas. El costo de la entrada para acceder al palacio, el harén y el museo de la mezquita es de 30 EUR, la audioguía es totalmente gratuita.
Aunque es un poco costosa la entrada, vale la pena conocer el Palacio, un monumento lleno de historia donde vas a estar entretenido todo el día. A nosotros nos tomó 4 horas y media recorrer el palacio y el harén.
Luego de salir agotados del palacio fuimos a descansar en el hotel y luego salimos a caminar y conocer el otro lado de la zona Europea, donde se encuentra la torre de Gálata y ver el atardecer en el cuerno de oro.
Aunque se desconoce la fecha exacta de construcción de la Torre de Gálata, los registros históricos sugieren que fue construida durante el reinado del emperador bizantino Justiniano alrededor del año 507 d.C.
Conocida en turco como Galata Kulesi, es un famoso monumento ubicado en el distrito de Beyoğlu en Estambul, Turquía. La torre se encuentra en la colina de Gálata y se alza majestuosamente sobre la línea del horizonte de la ciudad, ofreciendo impresionantes vistas panorámicas del estrecho del Bósforo y del casco antiguo de Estambul.
Aunque las vistas desde lo alto de la torre se ven impresionantes en nuestro viaje decidimos no subir, ya que la entrada nos pareció algo costosa para solo ir a tomar fotos. Tiene un precio de 15 EUR por persona.
Nuestro día termina en la noche, regresando al hotel para continuar conociendo los encantos de la ciudad temprano en la mañana.
El hotel incluye desayuno y por lo general es así en todos los alojamientos de Estambul. Nos levantamos, tomamos el desayuno, muy al estilo turco y nos fuimos a hacer la cola para entrar a Santa Sofía, la mezquita más visitada de Estambul.
A las 8:30 de la mañana ya estábamos en la fila para poder entrar a Santa Sofía, el horario de apertura es a las 9 de la mañana hasta las 5 de la tarde, la entrada es completamente gratis. Como hoy en día es una mezquita, la cierran para los turistas a la hora del rezo.
Para poder entrar como turistas a cualquier mezquita hay que cumplir un código de vestimenta. Tanto mujeres como hombres deben utilizar franela con manga que tape los hombros y pantalón o falda hasta los tobillos. En caso de las mujeres se deben tapar el cabello con una bufanda o pashmina.
Como es llamada en tuco Ayasofy, es uno de los monumentos más emblemáticos de Estambul, Turquía, con una rica historia que abarca más de 1,500 años. Su construcción se remonta al período del Imperio Bizantino.
La iglesia se destacó por su impresionante cúpula, que para 537 d.c era la más grande del mundo. El interior de Santa Sofía fue decorado con ricos mosaicos, columnas de mármol y elementos ornamentales. Durante el período del Imperio Bizantino, Santa Sofía fue una importante iglesia cristiana y el centro religioso de la ciudad. Sin embargo, en el año 1453, durante la conquista de Constantinopla por parte del Imperio Otomano bajo el sultán Mehmed II, la iglesia fue convertida en mezquita.
Como mezquita, se realizaron algunas modificaciones en la estructura, como la adición de minaretes y la eliminación de algunos elementos cristianos. Durante varios siglos, Santa Sofía se mantuvo como una mezquita importante en Estambul y fue el lugar de oración y peregrinación para los musulmanes.
En 1935, el fundador de la República de Turquía, Mustafa Kemal Atatürk, decidió convertir Santa Sofía en un museo como parte de sus esfuerzos por secularizar el país. Como museo, Santa Sofía se abrió al público en general y se convirtió en una atracción turística importante.
En julio de 2020, el presidente turco Recep Tayyip Erdogan anunció que Santa Sofía volvería a funcionar como mezquita, aunque también sigue siendo un importante destino turístico.
Luego de salir de Santa Sofía, nos dirigimos a la mezquita azul, que se encuentra justo al frente. Hay más de 20.000 azulejos de color azul que adornan la cúpula y la parte superior de la mezquita. Todos los azulejos fueron llevados de la ciudad de Iznik (Nicea).
La iluminación de la mezquita proviene de sus más de 200 vidrieras y de las lámparas de araña que cuelgan del techo.
Al día siguiente fuimos a la Cisterna de la basílica, un recorrido de 15 min y un costo de 15 EUR a persona. Con un ambiente muy húmedo y unas columnas impresionantes, donde las fotos quedan muy bien. Aunque si el presupuesto no es mucho es un lugar al que podemos dejar de ir.
Ese mismo día tomamos el famoso baño turco, yo quise hacerlo en el hotel ya que soy un poco escrupulosa y no me imaginaba hacerlo en un baño público. La experiencia es gratificante, quedas muy relajado y muy bien bañado. Es una experiencia totalmente recomendable para hacer en Turquía. Una acotación, al ser musulmanes a los hombres el masaje y el baño lo hace un hombre y a las mujeres se los hace una mujer.
Primera vez que mi esposo y yo pisamos el continente asiatico, para llegar tomamos un barco que nos costó 2.5EUR por tres viajes. Con un mismo ticket ibamos y veniamos, ya que nosotros nos estábamos quedando en la parte Europea.
A las 9 de la mañana del jueves llegamos a Uskudar, el distrito asiatico ubicado a la orilla del Bósforo, al otro lado de Besiktas. Me esperaba un lugar totalmente diferente a Europa, realmente son muy similares. Uskudar es famoso por su hermosa costa, la Torre de la Doncella, Camlica Hill, Fethi Pasha Grove y lugares históricos como mezquitas del siglo XVI.
Con un día es suficiente para recorrer este distrito, recorrer el hermoso malecón a la orilla del Bósforo y tomar un té. Ya nos quedaba solo un día en Turquía, como habíamos recorrido todo Estambul más de una vez. Decidimos emprender un viaje de un día a otra región de este bello país. El tour de un día nos costó 250 EUR a persona e incluyó: traslado al aeropuerto, los pasajes aéreos ida y vuelta (el desayuno y cena lo dieron en el avión), transporte en la región, el almuerzo, guía turística que hablaba español, la entrada a Pamukkale. No incluyó la entrada a la piscina de Cleopatra que tiene un costo de 7 EUR por persona.
A 567 km de Estambul se encuentra esta región llamada Pamukkale que significa el castillo de algodón.
El atractivo principal de esta zona son las características formaciones geológicas en forma de cascada que se han formado por la acumulación sobre el talud de la montaña de restos de bicarbonato y calcio (creta) disueltos en las aguas termales que surgen en la zona.
Pero déjenme decirles que estas atractivas cascadas de un blanco inmaculado, ¡están vacías! las llenan cuando va una persona importante o van a grabar novelas turcas. Para los turistas tienen unas piscinas artificiales (igualmente de bellas, parecen naturales) bañadas con las mismas aguas termales de las naturales.
Aunque fue un poco decepcionante enterarse de esto, de igual manera el paisaje es impresionante y está ubicado en un lugar con demasiada historia que vale la pena conocer.
En la parte superior de la colina se encuentran las ruinas de la ciudad romana de Hierápolis y están dentro del mismo recinto de las aguas termales, por lo que no es necesario adquirir una nueva entrada para visitarlas.
La ciudad fue construida aprovechando las aguas termales que surgían del suelo y ya en los siglos II y III era lugar de descanso y retiro romano. Hoy en día aún se pueden contemplar varias de sus construcciones, como el templo de apolo, los baños termales, varias puertas monumentales y una enorme necrópolis perfectamente reconocible. Pero eso sí, nada como su teatro. Una maravilla del siglo II en muy buen estado de conservación y al que se le calcula un aforo de unas 20.000 personas.
En este mismo recinto se encuentra la piscina de Cleopatra, un agua termal deliciosa a una temperatura ideal de 35 grados centígrados donde nos bañamos. Al final del día retornamos a Estambul y nos preparamos para nuestro regreso a Italia.
Antes de terminar este artículo que parece no tener fin, les voy a comentar un poquito de la comida en este país. Yo soy una gordita de corazón que le encanta probar comida nueva.
Empecemos con los precios, estos varían mucho. Hay opciones muy baratas y otras muy caras pero por lo general muy parecido a los precios en Europa. En una oportunidad comimos por 70 EUR, 25 EUR, incluso con 10 EUR. Como les comentaba muy variado los precios pero si existen opciones bastante baratas y que se ajusten al presupuesto.
En todos los lugares te ofrecen té más que el café. Tanto es que el café turco no lo llegué a probar, tomamos en el viaje té y compramos también té para llevar.
Desayunos compuestos de aceitunas, fresas, quesos salados, yogur con pepino, miel, pan y té. Almuerzo abundantes con carnes bien condimentadas, sopas, salsas, pan bazlama y más té.
Los dulces turcos son una divinidad, nos sentábamos en las tardes a comer todo tipo de dulces y algunas veces fue tanto que cenábamos con ellos. El más famoso y que veías por todos lados, el baklawa. Se prepara con masa filo (phyllo), nueces o pistachos y almíbar. Su historia se remonta a la antigua Mesopotamia y al surgimiento de las primeras civilizaciones, así de tradicional es. A pesar de esto, se cree que no fue hasta el siglo VII que fue preparada como se conoce ahora, es decir, con capas divididas por frutos secos.
Su preparación consiste en varias capas de pasta filo barnizadas con mantequilla derretida a las que se les esparcen nueces, pistaches, ajonjolí u otros granos que se cubren con miel y más capas de masa repitiendo este procedimiento hasta lograr un grosor aproximado de tres centímetros.
Esos dulces me hacían los días aún más perfectos, ya decidí que iba a intentar hacerlos aquí, aunque su preparación no es nada sencilla. Con esto terminó el pequeño recorrido por Estambul.
El beneficio de los frutos secos tostados es el sabor. Éste se enriquece tras el proceso de tostado porque en él aparecen ciertos componentes aromáticos que potencian esta cualidad. Para hacerlo calienta el horno a 170°C y en una bandeja introduce las almendras por 10min. Pasado el tiempo se sacan del horno y se trasladan rápidamente a una superficie fría.
Conservalas dentro de una lata de aluminio y disfruta de la textura perfecta de las galletas por más días
Al agregar un huevo a la mezcla, rómpelo en un recipiente a parte. Si está en mal estado no se contaminará el resto de la mezcla y será más fácil encontrar las cáscaras si alguna se cae
Para llenar las mangas pasteleras de forma fácil, rápida, limpia y cómoda. Puedes utilizr un vaso alto. Abre la manga en el interior del vaso para que se sujete de pie y vierte dentro la masa o glaseado.
Manifestare carezze ed effusioni verso qualcuno